''Antaño el sabor de mi vida poseía un gusto amargo. Todo cuanto emanaba de ella era oscuro, cual visión de ojos cerrados. Podía respirar la pena que sentía por mi mismo, acurrucado en un rincón, hazmereir del mundo que giraba entorno a mi existencia.
¿Quién dictó que yo iba a ser menos que los demás? ¿Quién dictó que me entregara a los demás, siendo yo la última basura acumulada en este mundo? ¿Quién dictó que no fuera yo el que dictara a partir de ahora?
El graznido de un millar de preguntas revoloteando en mi cabeza me hizo despertar del profundo trance que me mantuvo cabizbajo. Mis ojos se abrieron de golpe, y vi la intensa luz de la verdad sobre este mundo, alimentada por la más pura soberbia''.
En fin...No sé si seré yo la única pero pienso que el orgullo no es en absoluto un pecado, sino una majestuosa virtud, aunque toda virtud en exeso se malogra.
ResponderEliminarSabias reflexiones las de tu blog, zero, seguramente enseñando seas tú elque al final aprendas más sobre lo que nunca nos enseñan, nosotros mismos.
Un Besazo, sí con mayuscula. Nos leemos =)
No creo que todos los excesos se malogren, en cuanto a virtudes, o poder. Todo depende de cada personas, y sus ambiciones :)
ResponderEliminarRealmente, el orgullo es una forma de amor propio frente a la ausencia del amor exterior. Porque cuando todos te dan la espalda, tú mismo eres el único que prevalece para ti.
Gracias por leerme, hermanita ^_^
Yo le daré un repaso a fondo a tu blog.
Un BESAZO!